Despertar agotado, con falta de apetito o la mente dispersa, pese a haber dormido varias horas, es una escena cada vez más común. En tiempos en que relojes y aplicaciones muestran supuestos “puntajes de sueño”, la pregunta que importa no es cuántas horas has dormido, sino cuán reparador ha sido realmente ese descanso. Y ahí entra en juego el sueño profundo : la etapa menos visible del ciclo nocturno y, según la evidencia científica, la más decisiva para la salud física y mental.

Qué es el sueño profundo y para qué sirve

El sueño profundo —también conocido como sueño de ondas lentas o fase N3— constituye el núcleo reparador del ciclo de descanso. Se trata del momento en que el cuerpo y la mente se restauran de manera más intensa: el sistema inmunológico refuerza sus defensa

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