Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés . Bajo los claveles rojos, enclavados en uno de los laterales de las pequeñas cajas de madera, por fin, están escritos sus nombres. Los nombres nos distinguen, señalan nuestra existencia y, cuando no estamos, son el sortilegio que nos devuelven a la vida en la memoria de los que se quedan. A Juan Diego Cortés Pacheco y Manuel Moreno Cortés le quitaron sus nombres hace casi un siglo. El tiempo los convirtió en simples huesos, huesos sin nombre, perdidos en una madeja de arena y tiempo. Eh aquí el último acto, si cabe el más cruel, de la dictadura franquista, que no sólo arrebató vidas, también muertes. Huesos sin nombres y nombres sin huesos. Por eso, actos como el que este miércoles 29 de octubre ha tenido lugar en el Salón de Plenos del A
Familiar de una víctima de la represión franquista en Cádiz: "Después de 90 años mi abuelo va a estar donde debería haber estado desde el primer momento"
Diario de Cádiz6 hrs ago
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