El operativo policial que convirtió a Río de Janeiro en un escenario de guerra tenía como objetivo detener a 51 integrantes de Comando Vermelho, la facción narco más antigua de Brasil y una de las mayores organizaciones criminales a nivel nacional. Lejos de desarticularla, lo que hizo fue confirmar su nivel de expansión y su poder de fuego.

Los orígenes de Comando Vermelho se remontan a la masacre cometida en septiembre de 1979 por un grupo de delincuentes detenidos en la cárcel de Ilha Grande, en el estado de Río de Janeiro, cuando asesinaron a seis presos rivales. Desde ese momento, el grupo narco creció hasta dominar la mayor parte de las zonas suburbanas de Río, y hoy tiene filiales en otros 20 estados.

Durante la última década, otros grupos criminales, como el Primeiro C

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