Hay muchas formas de subir a la montaña. Y aunque, por lo general, la única manera de hacerlo es a base de fuerza y piernas, a veces también se pueden ascender montañas poniendo sólo a funcionar el corazón, la mirada o la escucha. Incluso a veces, la montaña también es inspiradora, crea lazos, cambia vidas… sin ser siquiera pisada. Tan sólo siendo vista desde la mirada de otro que sí la habitó, que sí la abrazó, ya es suficiente para que llegue al alma y remueva cimientos.

De todo esto, en el Grupo Vízcares saben mucho. No en vano, llevan ya casi medio siglo organizando lo que llaman 'Xornaes de la Montaña', una cita con 44 años de historia que —edición tras edición— demuestra que la montaña no solo es un escenario para recorrer, también es un espacio para aprender, para compartir, para c

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