Una operación policial en Río de Janeiro ha dejado un saldo trágico de al menos 132 muertos, convirtiéndose en la más letal de la historia de la ciudad. Este operativo, que tuvo lugar el martes, se centró en desmantelar al Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas de Brasil. La Defensoría Pública regional confirmó la cifra de fallecidos, que incluye a cuatro agentes de policía. Los cuerpos fueron encontrados en una plaza de la favela de la Penha, donde los vecinos comenzaron a reunir a sus familiares desaparecidos. Funcionarios de la Defensoría están acompañando las búsquedas y han recabado testimonios de los habitantes para abordar la violencia estatal. El gobernador de Río, Cláudio Castro, reportó inicialmente 58 muertes, pero admitió que esta cifra podría aumentar. En contraste, la Defensoría Pública sostiene que el número total de fallecidos asciende a 132. Los cuerpos, todos de hombres, fueron hallados alineados en el suelo, lo que ha generado indignación entre los residentes. La operación, que involucró a 2.500 agentes y vehículos blindados, buscaba ejecutar 100 órdenes de arresto. Durante el operativo, se arrestaron 81 sospechosos y se incautaron 93 fusiles y media tonelada de drogas. Sin embargo, los enfrentamientos provocaron bloqueos en varias vías, interrumpiendo el tránsito de autobuses y cerrando escuelas y centros de salud. Los vecinos han denunciado ejecuciones, afirmando que muchos de los fallecidos presentaban heridas de bala en la cabeza y la espalda. Un activista local, Raull Santiago, expresó que "el Estado vino a masacrar" y que la operación no puede ser considerada como una medida de seguridad pública. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha convocado a sus ministros para discutir la situación y una delegación del gobierno viajará a Río para una reunión de urgencia con el gobernador. La operación ha sido condenada por organismos internacionales y organizaciones civiles, que han calificado la situación de "estado de terror" en la ciudad. Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos, pero la mayoría de los comercios y escuelas en las áreas afectadas permanecen cerrados, reflejando el caos que ha dejado la operación policial.