Quienes vivan en Córdoba o la hayan elegido como destino para pasar el Puente de Todos los Santos tendrán el privilegio de recorrer, descrubrir o redescubrir una ciudad monumental y de belleza incuestionable sin necesidad de abrir la cartera. ¡Sólo es cuestión de organizarse! Uno de los mayores placeres es recorrer, sin mirar el reloj, las calles de La Judería y admirar sus casas y fachadas encaladas.

Igualmente, cualquier momento es bueno para pasear por el Puente Romano, de 331 metros de longitud y que está compuesto por 16 arcos, aunque originalmente tuvo 17. Hasta mediados del siglo XX se le conoció como el Puente Viejo, pues era el único que tuvo la ciudad hasta que se levantó el de San Rafael.

Aunque si hay un enclave turístico e instagrameable al 100% es la Calleja de las

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