'The Guardian' revela en exclusiva detalles de la estrategia rusa para liberar a Horatiu Potra, detenido en Dubái acusado de conspirar para "derrocar el orden constitucional" en Rumanía

Crisis en Rumanía: espías rusos, mercenarios y una victoria de la extrema derecha anulada por la Justicia

Personas cercanas al Kremlin están haciendo un intento de última hora para evitar la extradición de Dubái a Rumanía del mercenario Horatiu Potra, según ha podido saber The Guardian. De nacionalidad franco-rumana y exlegionario del Ejército francés, Rumanía buscaba al enigmático Porta por haber planeado un golpe de Estado.

El 24 de septiembre, el mercenario fue detenido en el aeropuerto de Dubái, junto a su hijo y a su sobrino, cuando los tres se disponían a embarcar en un avión con destino a Moscú. Los investigadores rumanos les acusan de conspirar para “derrocar el orden constitucional” junto a Calin Georgescu, el político de extrema derecha aliado de Potra.

Las autoridades rumanas han confirmado la detención de Potra en Dubái y están colaborando con las autoridades de Emiratos Árabes Unidos para asegurar la extradición y un juicio en Rumanía. En entrevistas a medios locales, el fiscal general rumano ha compartido sus sospechas de que Potra está tratando de obtener asilo en Rusia.

Igor Spivak es una de las personas que lidera los intentos de impedir la extradición desde la Sociedad Rusa para Oriente Medio, dirigida por él y estrechamente ligada al Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. También participa en las negociaciones Alexander Kalinin, un moldavo huido a Moscú que trabaja en beneficio de Rusia y se dedica a reclutar a ciudadanos moldavos para luchar junto a las tropas de Vladímir Putin en Ucrania.

“Ahora mismo estamos tratando de detener la extradición de Potra”, dijo Spivak durante una entrevista telefónica el lunes. “Tenemos mucha experiencia y mucha gente está trabajando para liberarlo”. Spivak dijo que en Emiratos hay un “grupo de abogados de gran prestigio” trabajando para liberar a Potra y que él mismo tenía previsto viajar a Dubái.

A principios de este mes, los abogados de Potra pidieron anular la orden de detención de Rumanía, pero un juez denegó la solicitud. Estas revelaciones son un reflejo de las conexiones que hay entre Potra y Moscú.

El Prigozhin rumano

Potra sirvió en la Legión Extranjera Francesa antes de trabajar de guardaespaldas para líderes como el emir de Catar. Más tarde creó varias compañías privadas de soldados, desplegando a sus hombres en conflictos de República Centroafricana y República Democrática del Congo (RDC). Su carrera y su aspecto –afeitado y de complexión atlética– han suscitado comparaciones con Yevgueni Prigozhin, el difunto señor de la guerra ruso.

En enero, el grupo paramilitar M23 capturó y repatrió a unos 300 combatientes de Potra en RDC, donde luchaban junto a las fuerzas gubernamentales. Más recientemente, Potra fue noticia en Rumanía por su estrecha colaboración con el político prorruso y ultranacionalista Georgescu, de 63 años.

El pasado mes de noviembre el exingeniero medioambiental Georgescu obtuvo una victoria inesperada durante la primera vuelta de las elecciones a la presidencia de Rumanía. Un resultado que el Tribunal Constitucional rumano anuló días antes de la segunda vuelta, una medida sin precedentes, tras acusaciones de injerencias rusas.

Complot en un rancho de caballos

Potra y una veintena de colaboradores fueron detenidos brevemente a principios de diciembre. Las autoridades los interceptaron en su camino a Bucarest, donde supuestamente iban a organizar protestas violentas por la anulación de la primera vuelta electoral. Posteriormente, los investigadores encontraron armas ilegales y grandes sumas de efectivo en las múltiples residencias de Potra.

The Guardian ha tenido acceso a documentos de la fiscalía en los que los ficales rumanos alegan que poco después de la anulación en diciembre de la victoria de Georgescu, el político se reunió con Potra y otros miembros de su grupo en una granja de caballos para planear una toma violenta del poder.

En un primer momento, Georgescu negó haber tenido un encuentro con Potra. Cambió su versión después de que la prensa rumana publicara fotos de los dos juntos, aunque sostiene que nunca se habló de un golpe de estado.

Potra ha negado en otras ocasiones tener vínculos con Rusia, pero durante un acto por la Fiesta Nacional en la embajada de Rusia se reunió con Valery Kuzmin, el embajador en Rumanía. Según las fotos, reservas de hotel y billetes de avión adjuntas al expediente de la fiscalía, viaja con frecuencia a Moscú.

El ministerio [de Exteriores ruso], por supuesto, nos apoya, sería difícil negarlo

El informe de los fiscales incluye fotos del compañero del guardaespaldas de Georgescu posando junto a combatientes chechenos y expresando en las redes su apoyo a Putin. El guardaespaldas de Georgescu luchó como mercenario en Congo bajo las órdenes de Potra y también participó en la reunión de diciembre en el rancho de caballos.

En Rumanía, Potra también se enfrenta a acusaciones de evasión fiscal por los ingresos generados en África con sus actividades mercenarias, además de acusaciones por financiación ilegal de la campaña de Georgescu. Con mensajes de texto y facturas como indicios, la fiscalía lo acusa de entregar dinero en efectivo a la carrera del candidato presidencial y de pagarle el alquiler mensual de una limusina de lujo.

“Tal vez podamos encontrarnos a finales de la próxima semana, a partir del viernes por la tarde”, escribió Georgescu a Potra en un mensaje de texto de agosto de 2024 ahora en poder de la fiscalía. “Las elecciones son el 24 de noviembre; por favor, necesito apoyo hasta entonces”, decía.

El Ministerio de Justicia y la Fiscalía General no han respondido a las solicitudes de comentarios.

¿Hasta dónde llega la mano de Rusia?

Lo que sigue sin estar claro es el alcance de la participación de Moscú. Según una fuente con conocimiento directo, las autoridades rusas dieron “luz verde” a Spivak y a Kalinin para que intervinieran con el fin de lograr la liberación de Potra.

Spivak ha dicho que participa en el caso Potra “por iniciativa propia”, pero lo cierto es que la Sociedad Rusa para Oriente Medio que dirige tiene una historia de colaboraciones estrechas con el Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque se presenta oficialmente como una ONG de derechos humanos.

Spivak suele organizar eventos junto al ministerio y la exposición de arte con las obras de Aisha Gaddafi (hija del antiguo líder libio) que ha abierto en Moscú en los últimos tiempos cuenta con el respaldo de Exteriores. “El ministerio, por supuesto, nos apoya, sería difícil negarlo”, dijo Spivak, antes de añadir que la organización que dirige está formada por “muchos antiguos empleados de Asuntos Exteriores y exembajadores”.

Según Spivak, su decisión de involucrarse en el caso de Potra vino después de que se lo pidiera el moldavo Kalinin, antiguo líder del Partido de las Regiones de Moldavia.

Estados Unidos y la Unión Europea sancionaron a Kalinin por colaborar con el Kremlin en actividades destinadas a desestabilizar Moldavia. Despojado de su ciudadanía moldava, ahora posee un pasaporte ruso y promete liderar una marcha de combatientes hacia Chisináu, la capital moldava, con la intención de derrocar al Gobierno prooccidental de la presidenta Maia Sandu.

Un funcionario moldavo que ha hablado con The Guardian bajo condición de anonimato dice que Kalinin trabaja para los intereses de Rusia, “probablemente vinculado a sus servicios de espionaje”.

Kalinin no ha respondido a una solicitud de comentarios, pero The Guardian ha podido ver los mensajes de texto en los que hablaba de los intentos de liberar a Potra de la cárcel en Dubái.

Spivak dijo que tenía previsto volar este miércoles a Emiratos para reunirse con Potra, pero admitió que su intento de detener la extradición parecía estar fracasando. En su opinión, el mercenario podría ser enviado a Rumanía este mismo jueves. “La situación es complicada”, dijo.