La Justicia de Tucumán investiga un caso de violencia de género e incitación al suicidio tras la muerte de Karla Robles, una joven de 27 años que se quitó la vida el 24 de octubre. Su ex pareja, Diego Z., había sido denunciado en múltiples ocasiones por amenazas y hostigamiento. Según el abogado de la familia, Augusto Avellaneda, Karla había presentado al menos seis denuncias contra él ante la Unidad Fiscal de Violencia de Género N.º 1, donde se solicitaron medidas de protección y la detención del acusado. Sin embargo, solo se impuso una restricción de acercamiento. "Sabíamos que era una persona peligrosa. La hostigaba constantemente y la amenazaba con hacerle daño a su familia si no se suicidaba", relató Avellaneda en una entrevista. Las amenazas eran recurrentes, y en una de las más graves, el exnovio advirtió que mataría a su madre, padre y al resto de su familia si ella no se quitaba la vida. Además, la obligó a borrar publicaciones de sus redes sociales y la vigilaba de manera obsesiva. Karla trabajaba en el sector de la estética y soñaba con convertirse en fonoaudióloga. Su familia ahora busca que la investigación avance y que el caso sea calificado como femicidio por inducción al suicidio, un tema cada vez más debatido en el contexto de la violencia de género. Tras el suicidio, la Fiscalía tomó medidas urgentes. El celular de Karla fue entregado como prueba y contiene mensajes, audios y videos que demostrarían el hostigamiento. "Esta vez la intervención fue inmediata", indicó Avellaneda, quien también destacó que la familia presentó material adicional que refuerza las denuncias previas. El abogado subrayó que, a pesar de las alertas y las pruebas, el sistema judicial no actuó a tiempo. "Pedimos la detención porque sabíamos que su vida corría peligro. Hoy lamentamos que las medidas no hayan sido suficientes", afirmó. La investigación continúa mientras la familia de Karla busca justicia y respuestas sobre la falta de protección que sufrió su hija.