El poder de castigar y el castigo del poder, por Luis Ernesto Aparicio M.

X: @aparicioluis

Para la gran mayoría de nosotros, resulta evidente que dos de los grandes enemigos de la democracia liberal, tal como la conocemos, son el abuso de poder y la corrupción, esa sempiterna campeona del resquebrajamiento institucional. En casi todos los estudios de opinión levantados recientemente, al menos uno de estos dos males aparece entre las principales preocupaciones de los ciudadanos.

Si ese es el caso, podría suponerse que el castigo por estos delitos también contaría con un amplio respaldo en la opinión pública. Es decir, si cualquier integrante de un Poder Ejecutivo u otra representación de elección popular incurriera en alguno de ellos, se esperaría que la justicia actuara con todo el ri

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