“Ya no tiene sentido para nosotros ir a un lugar lleno de gente, con tráfico, donde hay que reservar todos los restaurantes y planes con antelación. Evitaremos viajar en agosto mientras el calendario escolar de nuestra hija nos lo permita”, cuenta Nina, de 34 años, que vive en Londres. Ella y su pareja tienen la flexibilidad laboral necesaria para poder esquivar la temporada alta. “Hace tiempo que lo hacemos. Ponemos como límite para viajar la penúltima semana de julio, y luego hasta septiembre. Si tenemos algunos días libres en el medio, preferimos hacer una staycation en Londres”, asegura.
Aunque el verano suele ser para muchos sinónimo de viaje, hay quienes prefieren escapar al turismo propio de esa época. “Para muchas personas, el viaje en temporada alta representa otra fuente de pres

La Vanguardia España