Supongo que a ti también te pasa, pero a veces siento que necesito desconectar. Y entonces, casi por arte de magia, invade mi mente la idea de perderme por los senderos de las montañas, cuando el aire se vuelve más fresco y puro. Con el tiempo he descubierto que esa sensación solo se disfruta de verdad cuando el cuerpo y el terreno van en sintonía... y eso empieza por los pies. Cuando me enfundo unas buenas zapatillas Salomon, noto que el camino se adapta a mí: cada pisada es firme, cada piedra deja de ser un obstáculo y cada pendiente se convierte en una invitación a seguir subiendo. No importa si es un paseo tranquilo entre bosques o una ruta exigente de trail running; la sensación de control, ligereza y protección está ahí.

En esta época del año, salir a caminar o correr por la montaña

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