Si al aficionado del Casademont Zaragoza le hubieran dicho que su equipo iba a arrancar la Euroliga con dos victorias a domicilio en las difíciles canchas del Mersin y el Landes , pensaría que su clasificación está certificada y las de Cantero serían líderes de grupo con solvencia. ¿Por qué? Pues porque h asta ahora el equipo aragonés era un seguro de vida cuando el partido europeo se celebra en el Príncipe Felipe . Pero ahora la realidad es bien distinta porque el Casademont todavía no ha ganado en casa y es en su pabellón donde han aparecido unas grietas que le están complicando la vida en el Euroliga.
Y es que las zaragozanas hicieron del Felipe un fortín inexpugnable en el que entre su rasmia, la conexión con la grada y la mística que se generaba al rival le parecía una quimera

El Periódico de Aragón

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