Pocos placeres genuinamente puros nos ha dado la era digital, pero uno de los indiscutibles ha sido ver ese choque de trenes a cámara lenta (bueno, no muy lenta) que fue la caída en desgracia de los NFTs. Primero, criptobros de alcance internacional nos intentaban convencer de que pagar millones por un jpg certificado era una inversión segura. Apenas unos meses después, esas imágenes valían apenas unos dólares. La caída ha sido tan estrepitosa que ahora, muchos de esos mismos inversores se ríen de su propia desgracia financiera. Es el certificado de defunción definitivo de los NFTs.

Qué pasó entonces. El fenómeno NFT comenzó con experimentos tempranos ya en 2012 con las llamadas Colored Coins , pero el verdadero auge arrancó en 2017 con CryptoKitties en Ethereum , que mostró el pot

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