Con el regreso de Donald Trump a la presidencia, su administración impulsó medidas que modificaron la manera en que se ejecutan las deportaciones y se aplican las detenciones migratorias. A través de decretos ejecutivos, reactivación de leyes históricas y la aprobación de nuevas normas, el gobierno federal amplió el poder del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para realizar expulsiones inmediatas de extranjeros.

La Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés) constituye la base legal de todo el sistema migratorio estadounidense. Promulgada en 1952, esta norma unificó y reorganizó la legislación anterior en materia de admisión, residencia y expulsión de ex

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