Mientras Jensen Huang, director ejecutivo del gigante de los semiconductores Nvidia, viajaba por Asia para reunirse con el presidente Donald Trump el miércoles, el valor de su empresa superó los 5 billones de dólares: una exhibición de riqueza impensable hace unos años.

Pero eso fue antes de que el chatbot ChatGPT desatara el auge de la inteligencia artificial (IA) que está transformando la economía mundial. Antes de que otros gigantes tecnológicos empezaran a invertir cientos de miles de millones de dólares en proyectos de construcción en casi todos los continentes. Y antes de que los chips informáticos de Nvidia, el componente más esencial y costoso en casi cualquier sistema de IA, se convirtieran en una pieza central de la política exterior del gobierno de Trump.

El nuevo hito de Nvid

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