San Felíu Saserra se ha convertido en un escenario ideal para los aficionados a la micología y también para los amantes de la naturaleza, porque está rodeado de bonitos senderos, copados por pinares y robledales. Pero, más allá de su entorno, este pequeño pueblo catalán , ubicado en la comarca del Lluçanès y de poco más de 600 habitantes, mantiene un vínculo muy especial con las brujas , a las que rinde tributo cada año.

El municipio, que se llena de curiosos y visitantes durante el 31 de octubre y el 1 de noviembre, se prepara para celebrar la 26a edición de la Feria de las Brujas , una cita cultural que combina teatro, tradición y memoria histórica para rendir homenaje a las mujeres perseguidas por brujería en Catalunya. 

La fiesta, que busca alejarse de la celebración comercial de Halloween y poner en valor la historia de la localidad, comienza la noche del 31 de octubre con la 25 edición de la Fiesta Bruja. 

El día grande llega el 1 de noviembre con la 26 edición de la Feria de las Brujas, una jornada llena de actividades, representaciones y rituales populares con los que, por unas horas, se pretende viajar en el tiempo. Concretamente, las calles del pueblo se transforman para viajar al siglo XVII , aunque solo sea durante unas horas.

Durante esa jornada, el casco antiguo se llena de decenas de paradas artesanas , tabernas, tiradores de cartas, adivinadores del futuro, espacios de hierbas medicinales, exposiciones y actuaciones teatrales que contarán las historias de las mujeres que fueron condenadas a la horca por sus vínculos con la brujería. Hay cuatro momentos marcados en rojo: la captura, el juicio, la horca y el Ball del Samaniat, con el que culminará la feria. 

Un vínculo especial con las brujas 

La historia de San Felíu Saserra está fuertemente vinculada a las brujas. De hecho, la feria rinde homenaje a los acontecimientos que sucedieron en los alrededores y en el pueblo durante los siglos XVI y XVII , cuando se acusó y condenó a decenas de mujeres acusadas de brujería, que finalmente murieron en la horca como castigo público.

No fue algo exclusivo de la zona, recuerdan desde el Ayuntamiento. En Catalunya, más de cuatrocientas mujeres fueron ejecutadas “inmerecidamente” a principios del siglo XVII. Entre 1618 y 1648, en Sant Feliu Sasserra se procesaron veintitrés mujeres y seis acabaron en la horca .

El municipio lleva a mucha honra este vínculo. No solo por la celebración de la Feria de las Brujas, que ya suma 26 ediciones, sino porque dispone de un Centro de Interpretación de la Brujería , en el que se recopilan las costumbres y las tradiciones de este fenómeno, además de abordar historias reales de mujeres condenadas por este vínculo.