Al amanecer, el aire sobre la favela de Penha, en Río de Janeiro, olía a humo, sangre y desconcierto. Los vecinos se movían por la mañana gris como fantasmas, sacando cuerpos de los callejones aún húmedos por la lluvia y los residuos de los disparos. El Estado había llegado en nombre de la ley y el orden. Dejó atrás una hilera de cadáveres y una comunidad que ya no espera ayuda de nadie más que de sí misma.
Una línea de plástico negro en la plaza São Lucas
En la Praça São Lucas, justo frente a una guardería pública, los cuerpos yacían en fila: decenas de envoltorios de plástico negro bajo el sol temprano. Madres, abuelos y adolescentes se abrían paso, susurrando nombres. Algunos levantaban las mantas con manos temblorosas; otros permanecían inmóviles, mirando, como si la sola vista pudie

LatinAmerican Post

Telemundo 48
El Vocero
RT en Español
Associated Press Spanish
OKDIARIO Estados Unidos
Infobae Washington
CNN en Español
La Silla Rota
NBC News