por Ava Grace • La función de las bacterias intestinales no es permanentemente “buena” o “mala”. Su comportamiento es fluido y puede reprogramarse según los tipos específicos de carbohidratos que reciben, alternando entre estados antiinflamatorios y proinflamatorios. • Cada fuente de carbohidratos actúa como una señal o instrucción única para el microbioma intestinal. La investigación destaca que los alimentos no son solo energía, sino una forma de información que influye directamente en la función inmunológica y en los niveles de inflamación. • El consumo de azúcares refinados, como los de los refrescos, puede reprogramar rápidamente bacterias intestinales comunes (como B. theta) para debilitar la barrera protectora del intestino y las defensas inmunológicas, a menudo en cuestión de sem

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