EN COLOMBIA, las cámaras de fotodetección se han convertido en uno de los mecanismos más debatidos del control vial. Para algunos ciudadanos son herramientas que salvan vidas y promueven la cultura ciudadana; para otros, representan un instrumento recaudatorio que sanciona sin suficiente pedagogía. Lo cierto es que las fotomultas hacen parte del día a día en las principales ciudades del país, donde el exceso de velocidad, la invasión de carriles y el irrespeto a las señales siguen siendo infracciones frecuentes que amenazan la seguridad en las vías.

A partir de este panorama, EL NUEVO SIGLO consultó a la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Ansv ) , entidad encargada de autorizar y supervisar la instalación de los denominados Sistemas Automáticos, Semiautomáticos y otros medios Tecn

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