En un momento clave para la movilidad, España continúa en una transformación profunda de su red ferroviaria. La red de alta velocidad española es ya una de las más extensas del mundo, pero aún tiene aspectos que mejorar, además de hacer frente a las zonas más despobladas o con peores redes de conexión. No se trata solo de desplegar trenes más rápidos, sino de llevar a cabo una apuesta estratégica por conectar mejor el territorio, integrar el ferrocarril con otros modos de transporte y dinamizar zonas que hasta ahora han permanecido rezagadas en materia de infraestructuras.

Según el informe del Atlas de la Alta Velocidad ferroviaria en el mundo, publicado por la Unión Internacional de Ferrocarriles, y desarrollada técnicamente por el grupo de investigación de geografía y tráficos ferrovia

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