Dicen que una de las cosas que hay que hacer en la vida es plantar un árbol: sembrar algo que, incluso cuando ya no estemos, siga creciendo. Esa idea cobra más sentido a medida que nos acercamos al 1 de noviembre, un día que nos invita a recordar el pasado y, al mismo tiempo, reflexionar sobre el futuro y el legado que queremos dejar. Una de las formas de hacerlo es través de un testamento solidario.

Quizá porque el tiempo nos recuerda su fragilidad, o porque cada etapa de la vida nos hace más conscientes de lo que realmente importa, cada vez más personas se interesan por dejar parte de su herencia a una causa social. No se trata solo de un gesto económico, sino de una manera de dar continuidad a los valores que nos han guiado en nuestra vida.

Según datos de la plataforma Haz Testamento

See Full Page