Por: Jaqueline Lares Chávez •

En México, el Día de Muertos es una de las tradiciones más queridas y reconocidas del calendario cultural. Altares llenos de color, velas encendidas y flores de cempasúchil que perfuman las calles son parte de un ritual que, aunque parece tener raíces ancestrales, es fruto de un largo proceso histórico donde se entrelazaron la fe, la conquista y el tiempo.

En Zacatecas, esta conmemoración adquiere un brillo particular: las callejuelas coloniales se llenan de papel picado, los balcones se visten de flores naranjas y el eco de las bandas acompaña a quienes recuerdan a sus seres queridos. La ciudad entera se convierte en un altar vivo donde historia y devoción se funden en una misma ofrenda.

Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAHI) cont

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