Así planteó Milei la elección: las ideas de la libertad contra el comunismo, todo o nada. Se trató, entonces, de un plebiscito a favor o en contra de su gobierno. Y ganó. De los tres escenarios posibles, salió el mejor: diez puntos de ventaja sobre el peronismo, más de quince frente al sello Fuerza Patria, sí, pero también la paliza a los gobernadores que habían amagado con una rebelión de cierto alcance. Mejor, hasta se llevó la perla mayor de la corona, la provincia de Buenos Aires. El golpe sonó más fuerte porque la posibilidad de un resultado como este era considerada remota hasta por el mismo Milei y su entorno, que se contentaban con muchísimo menos. La sorpresa fue mayúscula, en especial para aquellos que ya se probaban trajes ajenos (Caputo, el joven, el de Francos; Schiaretti y Vi

See Full Page