No todo el mundo cree en el destino, pero hay historias que parecen escritas por un guionista de Hollywood, con una trama que al principio confunde, pero al final pone todo en su lugar. En esa descripción entra perfectamente el año que está viviendo Andrés Giménez, que -al momento en que se escribe está columna- está a un paso de ser campeón de Serie Mundial. Y es que, pase lo que pasé, este ha sido uno de los años más retadores, pero a la vez más gratificantes de su carrera.

El barquisimetano llegó a Toronto en diciembre pasado tras un cambio con Cleveland que involucró a otros tres peloteros. En un abrir y cerrar de ojos se diluyó la promesa de ser siempre un guardián, esa que se popularizó tras la extensión de contrato de siete años y 106 millones de dólares que firmaron en 2023. Los f

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