El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este viernes una resolución que respalda el plan de autonomía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental , reconociendo de facto la soberanía de Rabat sobre el territorio . La decisión, impulsada por Estados Unidos y redactada por su delegación ante Naciones Unidas, supone un cambio sustancial en la política internacional sobre el conflicto saharaui .

La resolución fue aprobada con 11 votos a favor , tres abstenciones —las de Rusia, China y Pakistán — y la ausencia de Argelia , principal aliada del Frente Polisario , que se retiró antes de la votación para evitar participar en una medida que considera «ilegítima y unilateral» .

El texto no solo renueva el mandato de la misión de la ONU en el territorio (Minurso) , sino que establece el plan de autonomía marroquí como base de futuras negociaciones , descartando explícitamente la opción de un referéndum de independencia.

Una resolución con fuerza vinculante

El Consejo de Seguridad, órgano ejecutivo de Naciones Unidas con poder vinculante, está integrado por 15 miembros , de los cuales cinco son permanentes con derecho a veto —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia— y diez son rotatorios .

Para la adopción de una resolución se requieren al menos nueve votos a favor y ningún veto de los miembros permanentes. En esta ocasión, ninguno de los cinco ejerció su derecho de bloqueo , lo que permitió la aprobación formal del plan propuesto por Washington.

Fuentes diplomáticas destacan que el voto favorable de Francia y Estados Unidos , junto con la neutralidad de China y Rusia , representa un giro diplomático que consolida la victoria internacional de Marruecos .

La posición de Marruecos, refrendada por la ONU

Con esta resolución, la ONU envía un mensaje inequívoco de apoyo al plan de autonomía de Rabat , que considera «serio, creíble y realista». La medida consolida la posición diplomática del rey Mohamed VI y abre una nueva etapa en el proceso político que busca una salida al conflicto.

El texto marca además una continuidad con la postura de la administración Trump , que en 2020 reconoció oficialmente la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental , un movimiento que fue ratificado por el propio Donald Trump en julio pasado en una carta dirigida al monarca alauí.

En aquella comunicación, el presidente estadounidense reiteró: «Estados Unidos reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y apoya la propuesta de autonomía como la única base para una solución justa y duradera a la disputa» .

España y la Unión Europea alineadas con Rabat

El respaldo de la ONU llega en un momento en que España y la Unión Europea también han adoptado una posición favorable al plan marroquí , rompiendo con décadas de ambigüedad diplomática.

En marzo de 2022, el presidente español Pedro Sánchez ya se había alineado con Rabat al declarar que «la propuesta de autonomía presentada por Marruecos es la base más seria, creíble y realista para la resolución del conflicto» .

Esa decisión marcó un giro histórico en la política exterior española , abandonando el apoyo tradicional al Frente Polisario y generando tensiones con Argelia , que respondió congelando relaciones comerciales con Madrid y limitando el suministro energético.

Por qué Trump apoya a Marruecos

El apoyo estadounidense a Marruecos se enmarca en los Acuerdos de Abraham , firmados en diciembre de 2020 durante la primera administración de Donald Trump . En aquel momento, Rabat normalizó relaciones diplomáticas con Israel , convirtiéndose en el cuarto país árabe en hacerlo , después de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán .

A cambio, Washington reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental , rompiendo con décadas de neutralidad en la política exterior estadounidense. El movimiento fue presentado por la Casa Blanca como parte de una estrategia geopolítica más amplia para reconfigurar las alianzas regionales, contener la influencia iraní y fortalecer la cooperación con Israel .

El pacto incluyó además medidas concretas : la autorización de vuelos directos entre Rabat y Tel Aviv , la reapertura de oficinas diplomáticas en ambas capitales y el refuerzo de la cooperación tecnológica y de defensa .