Martín Vizcarra, inhabilitado dos veces por el Congreso y con un proceso judicial abierto por corrupción de cuando fue gobernador de Moquegua, intenta regresar al poder por la puerta trasera. No puede postular legalmente, pero su partido ha inscrito a un “M. Vizcarra” como candidato presidencial, pretendiendo confundir al electorado. Ese “M.” no es Martín, sino su hermano Mario Vizcarra, cuya inicial es usada con deliberado engaño para inducir al error. El resultado es un verdadero fraude moral y político: miles de ciudadanos de buena fe, sobre todo de las regiones de menor información, creen que están respaldando al expresidente. Las encuestas, al registrar solo la inicial, amplifican la confusión y colocan a este supuesto “M. Vizcarra” en posiciones expectantes, distorsionan gravemente l

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