Pocas veces advertimos que la prosperidad tiene una arquitectura. Sus planos no se trazan en los ministerios ni en los bancos, sino en el conocimiento: en la forma en que una civilización aprende a pensar, cooperar y transformar ideas en bienestar. Durante más de un siglo, el Premio Nobel ha sido su gran difusor. Aunque no todos los pensadores que la delinearon fueron galardonados, el Nobel ha reconocido las obras y valores que la sostienen: la unión del saber con la dignidad humana, la ciencia con la ética y la innovación con el bien común. El anuncio del Premio Nobel de Economía 2025 a Joel Mokyr confirma esa continuidad. Su obra, The Gifts of Athena , explica cómo la prosperidad moderna nació cuando el conocimiento teórico de los filósofos naturales se unió a la destreza práctica de l

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