Marina es una de las pocas niñas en el mundo que ha logrado sobrevivir a una enfermedad ultrarrara que le impedía tener defensas. Vive en Sevilla, aunque su madre es originaria de Llerena. Su salvación llegó gracias a un ensayo clínico de terapia genética en París, convirtiéndose en la primera niña en el mundo en participar en este tratamiento experimental.
Su historia es la de unos padres que lo dejaron todo para salvarla. Tras permanecer diez días ingresada en la UCI de Sevilla, los médicos propusieron un trasplante de médula como solución. Sin embargo, el trasplante no llegaba, y el tiempo apremiaba. Fue entonces cuando decidieron embarcarse en un ensayo clínico en Francia. “En una semana estábamos allí, con papeleo y sin saber francés”, recuerdan sus padres.
En París, los especialist

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