Ciudad de México, 1 nov (EFE).- Agricultores y artesanos en Ciudad de México aseguran que las tradiciones del Día de Muertos sobreviven gracias a las manos mexicanas que las mantienen, pese al auge de materias primas extranjeras, como las semillas chinas de la emblemática flor de cempasúchil, que adorna los altares, tumbas y hasta las calles del país, alrededor de la celebración que se conmemora el 1 y 2 de noviembre.

En el Zócalo capitalino, las flores de cempasúchil -algunas nacidas de semillas chinas-, se mezclan con calaveras de cartón pintadas a mano y otros productos que artesanos y floricultores ofrecen a consumidores locales y turistas.

Muchos de los productores vienen de Xochimilco, al sur de la ciudad, como Concepción García, de 34 años, quien hace parte de la tercera generació

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