Con motivo del Día de los difuntos, el Cementerio No. 1 de Rancagua, al igual que todos de la región de O´Higgins, se convirtió en un lugar de encuentro y reflexión para las familias que visitan las tumbas de sus seres queridos.

El camposanto, ubicado en avenida Alameda, abrió sus puertas desde tempranas horas de la mañana, permitiendo a los deudos pasar el día con sus familiares fallecidos.

La celebración, aunque a menudo relacionada con la tradición mexicana, tiene raíces europeas que se fusionan con la devoción católica, para recordar a los seres queridos fallecidos.

Durante la jornada, se pudo observar a familias llevando flores, velas y otros objetos para decorar las tumbas de sus seres queridos, donde muchos aprovecharon la oportunidad para compartir momentos de reflexión y oració

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