Cuando abres el refrigerador y encuentras una cuña de queso salpicada de moho verde o un paquete de pollo que huele ligeramente agrio, puede ser tentador arriesgar tu estómago en lugar de desperdiciar comida.
Pero la línea entre la fermentación inofensiva y el deterioro peligroso es nítida. Consumir alimentos en mal estado expone al cuerpo a diversas toxinas microbianas y subproductos bioquímicos, muchos de los cuales pueden interferir con procesos biológicos esenciales. Los efectos sobre la salud pueden variar desde molestias gastrointestinales leves hasta afecciones graves como el cáncer de hígado.
Soy toxicólogo e investigador, especializado en cómo afectan al organismo las sustancias químicas extrañas, como las que se liberan durante el deterioro de los alimentos. Muchos alimentos en

Forbes México

Raw Story
New York Post Sports
EUROHOOPS
AlterNet
The Babylon Bee
CNA Sport
E Online
The Week Culture