Mauricio Macri se fue con las manos vacías de Olivos. Se encontró con un Milei agrandado por el triunfo electoral que le explicó que hizo “todo bien” y por eso los argentinos y Trump lo “premiaron” con su renovado respaldo.

La cita se había pautado cuando el gobierno se imaginaba una derrota o un empate con el peronismo y sufría el pico de la corrida contra el peso. Los diez puntos que sacó la Libertad Avanza en las elecciones cambiaron todo. De inmediato, en el entorno del Presidente coincidieron que ya no era necesario entregarle parte del gabinete a Macri.

Macri se sintió “ninguneado” porque en el medio de la cena estallaron las renuncias de Guillermo Francos y Lisandro Catalán, absorbiendo la atención de Milei. “No hay nada que contar”, dijo de malhumor a la salida del encuentro, cua

See Full Page