La creciente agresividad fronteriza del gobierno de Vladimir Putin, con , mantiene en alerta a los países que comparten más kilómetros de frontera con Rusia. Y no es para menos. Cualquier barrera vale para disuadir a las tropas rusas de una provocación, incluidas las que ya aporta la naturaleza.

El Gobierno finlandés, el país europeo que tiene más frontera con Rusia (1.340 kilónetros), ha anunciado esta semana que ha creado un grupo de trabajo para estudiar cómo se pueden aprovechar las barreras naturales para mejorar la defensa nacional en la frontera oriental ante una eventual invasión rusa.

Este grupo de trabajo, formado por expertos de los ministerios de Defensa y Medioambiente, tiene como objetivo explorar de qué forma la restauración de la naturaleza puede crear al mismo tiempo s

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