Cada semana se lanzan suficientes series nuevas o se estrenan nuevas temporadas de ficciones ya conocidas como para que el espectador promedio se sienta desconcertado o abrumado a la hora de elegir a cuál dedicarle un tiempo que, en general, le resta a su descanso. La selección equivocada puede no solo resultar en una decepción, sino también hacer que la falta de sueño se sienta como un sacrificio demasiado grande y sin recompensa alguna. Por eso, cuando aparece en el calendario un regreso como el de La diplomática hay que festejarlo.

La serie de Netflix, cuya tercera temporada está disponible desde el 16 de octubre, ya había demostrado sus cualidades en las dos entregas anteriores, pero estos nuevos y flamantes siete episodios la catapultaron a la categoría de una de las mejores series d

See Full Page