En nutrición, casi todo puede ser saludable… si se sabe usar con medida. No existen alimentos milagrosos ni enemigos absolutos , sólo malos hábitos y excesos. Sin embargo, en una era dominada por las redes y el culto al cuerpo, la frontera entre el cuidado y la obsesión se vuelve difusa. Cada cierto tiempo, un nuevo ingrediente o práctica se alza como la promesa definitiva del bienestar —y la fibra, con su halo de pureza natural, no ha sido la excepción. Así nació el fenómeno del fibermaxxing , una tendencia que lleva al extremo el consumo de fibra dietética en busca de un cuerpo limpio y una mente desintoxicada.
En las profundidades de TikTok y Reddit ha surgido una nueva tendencia de bienestar que está conquistando a jóvenes obsesionados con la salud intestinal: el fibermaxxing. Detrás de este nombre rimbombante se esconde una práctica aparentemente inofensiva —aumentar drásticamente el consumo de fibra dietética — que muchos defienden como el secreto para una piel impecable, un abdomen plano y una mente libre de toxinas. Pero, como ocurre con casi todas las modas del bienestar extremo, los expertos ya levantan la voz de alerta.
El término fibermaxxing proviene de la jerga del biohacking y del maxxing , un sufijo popular entre comunidades que buscan optimizar el cuerpo al límite (gymmaxxing, sleepmaxxing, dopaminemaxxing…). En este caso, se trata de llevar el consumo de fibra —presente en frutas, verduras, cereales integrales y suplementos como el psyllium— a niveles que duplican o triplican las recomendaciones diarias.
En redes, los adeptos presumen de sus rutinas detox a base de batidos con 40 o 50 gramos de fibra al día, mostrando resultados milagroso” en cuestión de horas: vientres más planos, tránsito intestinal acelerado y una sensación de ligereza total. Los hashtags #fibermaxxing y #gutcleanse ya acumulan millones de visualizaciones en TikTok.
¿Moda saludable o peligro silencioso?
Aunque la fibra es esencial para la salud digestiva, un exceso puede provocar el efecto contrario: gases, inflamación, diarrea, deshidratación e incluso bloqueos intestinales. «La gente cree que más fibra siempre es mejor, pero el intestino necesita equilibrio», explica la nutricionista española Laura Álvarez, especialista en microbiota. «Un consumo excesivo puede alterar la flora intestinal y reducir la absorción de nutrientes esenciales».
El fibermaxxing, dice, refleja un problema más profundo: la obsesión contemporánea por purificarse y controlar cada aspecto del cuerpo a través de reglas dietéticas extremas.
La fibra como símbolo de pureza digital
En redes, los videos de fibermaxxing suelen ir acompañados de estéticas minimalistas y discursos pseudocientíficos sobre limpiar el sistema . Es, en cierta forma, una evolución del antiguo detox con jugos , pero adaptada a una generación que prefiere el lenguaje de los suplementos y los hacks biológicos.
El discurso detrás es siempre el mismo: que el cuerpo puede —y debe— ser optimizado. Y la fibra, vista como un elemento natural y seguro, se convierte en la herramienta perfecta para lograrlo.
El fibermaxxing se presenta como una tendencia saludable, pero su trasfondo es más complejo: combina la búsqueda legítima de bienestar con la presión social por alcanzar un ideal físico imposible . Como tantas otras modas virales, mezcla ciencia y marketing hasta el punto de confundirlos.

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