El sector se deja un 9% de puestos a la vez que el resto avanza un 2,6%. Las especialistas no coinciden: unas aluden a un aumento de costes laborales que impulsa la economía sumergida, otras ven un desplazamiento a empresas de servicios y cuidados profesionales

Ángeles, empleada de hogar de 37 años, atiende por teléfono a EL PAÍS mientras hace la compra. “Así no escuchan todo lo que tengo que decir”, dice esta peruana, interna en una vivienda en la que cuida de una anciana dependiente. Trabaja en situación de irregularidad, con un horario de lunes a viernes y con una única pausa de 16.00 a 18.00. El resto del tiempo, incluyendo toda la noche por si surge algún problema, está a disposición de sus empleadores. “ Cobro 900 euros por algo que ocupa toda mi vida. Mi jefa dice que al no ten

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