Tochimilco, Pue.— Entre el color del papel china , el sonido del martillo sobre el cincel y el eco de las tradiciones que se resisten a morir, en Tochimilco, Puebla , pervive un arte que no sólo adorna las ofrendas del Día de Muertos , sino que también da forma al alma de una familia: los Copantitla Arizalmeco .

En el taller , las manos de Sandra Arizalmeco se mueven con precisión y cariño. Cada golpe al papel es un diálogo con la memoria. Aprendió este oficio de su esposo, quien a su vez heredó la técnica y el amor por el papel picado de su padre, don Jorge Copantitla , el hombre que sembró en Tochimilco una tradición que hoy se reconoce por su autenticidad y su belleza.

“Fue gracias a mi esposo que conocí este arte, y desde entonces se volvió parte de mi v

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