El último año del mandato de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal (Fed) ha sido todo menos pacífico. Sr. Demasiado Tarde , Idiota , Imbécil : estos son algunos de los insultos que Trump ha dirigido al economista en el último año para empujarle a recortar los tipos de interés. El economista, de 69 años, además de asumir las tareas habituales de la llamada doble misión —garantizar el pleno empleo y la estabilidad de los precios— se ha enfrentado a la creciente presión política por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump , y la tormenta económica derivada de la guerra comercial. Y ahora, a sólo cuatro reuniones de dejar la presidencia de la Fed, Powell se enfrenta a divisiones crecientes dentro de la cúpula que se están traduciendo en episodios cada vez más frecuentes de rebeldía y protesta desde el seno del comité del banco central.

En la última cita de los banqueros centrales, la Fed optó a recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta dejarlo en el umbral del 3.75-4.00%, el nivel más bajo en tres años. Esta decisión fue impugnada por dos gobernadores: el gobernador de la Fed, Jeffrey Schmid , y el recién nombrado aliado de Trump, Stephen Miran . Aunque esto pueda parecer insignificante, es importante señalar que el banco central apenas ha tenido disensiones dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), en los últimos años, pero ha sido testigo de una oleada de votos contrarios en las últimas reuniones.

Miran, actual director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca , llegó a la mesa de la Fed tras la repentina dimisión de Adriana Kugler en agosto. Desde entonces, Miran ha abogado por recortes más agresivos y se ha salido de la opinión generalizada del resto de la entidad monetaria. Desde la llegada de Miran, las discrepancias entre los gobernadores, término que se utiliza cuando uno de los economistas se opone a una decisión de política monetaria, se han vuelto más frecuentes.

La situación económica de Estados Unidos tampoco es nada ideal. La inflación ha repuntado hasta marcar el 3% y el empleo ha deteriorado a un paso veloz. Esto solo se ha visto agravado por el prolongado cierre del Gobierno estadounidense, que ha obligado a la Reserva Federal a actuar y tomar decisiones de política monetaria a ciegas, sin datos actuales disponibles . A esto hay que añadir el hecho de que Trump despidió a la directora de la agencia estadística estadounidense, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) a finales del verano tras la publicación de un informe del empleo que mostraba que sólo se crearon 22.000 empleos en agosto .