Los pupitres no cambian de color nació con la idea de ser un cortometraje, o quizás una película pero, a medida que su autor desarrollaba la trama, acabó convirtiéndose en una novela, la primera del cordobés Manuel GMata , quien hasta ahora ha desarrollado su actividad profesional en el sector audiovisual.

El germen de Los pupitres no cambian de color comenzó en plena pandemia, una época en la que, según ha señalado el autor, "no tenía mucho trabajo de lo mío" y se aventuró con este proyecto que "quería que fuera un corto pero empecé a escribir y cada vez me gustaba más y al final acabé con una novela de 519 páginas ".

Fue una época "de reflexión, de reinventarse , de hacer algo que realmente me gustase y que me llevase a lo que quería hacer realmente con mi vida; porque también

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