En la casa de María Ángel Calderón , cada amanecer tiene algo de milagro. Allí, en un rincón de Godoy Cruz, el sonido de los juguetes se mezcla con los pasos apurados de una madre que no se detiene. Agustín y Bautista, sus gemelos de 4 años, ambos con autismo, corren, ríen, gritan y llenan de vida un hogar que conoció la soledad, el cansancio y también la fuerza más pura: la del amor incondicional.

“Ellos me dan fuerza para seguir adelante . Todo esto es por ellos, todo, todo es por ellos”, dice María Ángel. Ella tiene 37 años y desde el nacimiento de sus hijos - prematuros extremos, en plena pandemia, el 22 de diciembre de 2020- su vida cambió por completo.

Los primeros meses fueron una prueba de fuego. “Nacieron muy delicados, estuvieron tres meses en neonatología. Y ju

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