Uno de los pasajes bíblicos más impresionantes es el que relata el asesinato de Abel a manos de su envidioso hermano Caín y el castigo divino al homicida. La historia, contenida en el Génesis 4, del versículo 1 al 16, inspiró un arquetipo que se repite en las familias, pero también entre pueblos y grupos que, aun compartiendo una misma raíz, terminan en rivalidad y violencia.

Ni siquiera los dioses se salvan. En la mitología griega tenemos a los hermanos titanes Cronos y Rea o a los gigantes Oto y Efialtes. También los hijos de Edipo, Etéocles y Polinices, se mataron mutuamente en una guerra por el poder. La mitología romana nos regala la leyenda de Rómulo y Remo. Tras ser depositados en una cesta y arrojados a la corriente del Tíber, los gemelos fueron amamantados por una loba y

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