Los gatos, a pesar de su reputada independencia, parecen tener una conexión especial con los humanos basada en la química del cerebro. La oxitocina, conocida como la «hormona del amor», juega un papel importante en este vínculo. Este neurotransmisor se libera en momentos de afecto, como cuando una madre abraza a su hijo o amigos se abrazan, y también se ha constatado que es fundamental en la relación entre gatos y personas.

La oxitocina está asociada con la confianza, la calma y la regulación del estrés en diversas especies, incluidos los humanos. Un estudio de 2005 indicó que los participantes eran más propensos a confiar en otros tras realizar juegos financieros que activaban esta hormona. Igualmente, esta sustancia tiene efectos relajantes, ya que disminuye los niveles de cortisol, la

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