CACALOTÁN, Rosario._ Ha pasado de las coronas de alambre a las armadas con flores artificiales porque las fuerzas ya no se lo permiten; sin embargo, Carmen Bibriesca García no deja el oficio que ha desarrollado por más de 20 años en la sindicatura de Cacalotán.
Explicó que debido a su pasión por el comercio cuando ya no pudo hacer la corona de alambre desde hace alrededor de ocho años optó por estas nuevas a base de hielo seco, una imagen y flor artificial, para poder mantener un ingreso.
“Yo primero no hacía esta corona, yo no le metía cuadro de las vírgenes, pero como desde hace 15 años yo me caí, yo dejé... Yo no puedo enredar tanto alambre porque se me mueren las manos y me agarra un dolor por las caídas que me he dado”, expuso.
Además de que siempre ha buscado tener su dinero, ofre

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