Por Marcelo Trivelli

Byung-Chul Han, recientemente galardonado con el Premio Princesa de Asturias en Humanidades y Comunicación, ha descrito con precisión la paradoja contemporánea que él llama la trampa del mérito. En la sociedad del rendimiento, explica, ya no obedecemos a un poder externo, sino al mandato interior de rinde, destaca, supera. El verbo del siglo XXI no es “debes”, sino “puedes”. Y en esa positividad constante, el sujeto se explota a sí mismo creyendo que se realiza.

Chile encarna este modelo con disciplina. Décadas de neoliberalismo convirtieron el mérito en dogma: la pobreza es un fracaso individual y la prosperidad, una prueba moral. Se nos enseñó a ser “emprendedores de nosotros mismos”, incluso en medio de la precariedad, la incertidumbre y el endeudamiento. Lo que s

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