El genuino interés por lavar las fresas correctamente se ha incrementado tras varios avisos sanitarios relacionados con la contaminación en frutas importadas . Y es que desde luego, estas alertas han puesto el foco en la importancia de aplicar buenas prácticas de higiene antes de su consumo.
Las fresas, además de ser muy apreciadas por su sabor, son especialmente frágiles y sensibles al manejo. Por eso, conocer cómo lavar las fresas según las recomendaciones de la Organización de Consumidores y Usuarios ( OCU ) ayuda a prevenir riesgos sin alterar su textura ni sus propiedades naturales .
¿Cuál es el truco recomendado de la OCU para lavar las fresas correctamente?
El informe de la OCU es claro: las fresas no deben lavarse antes de guardarlas , sino justo antes de comerlas. Además, se recomienda conservarlas en la nevera, evitando amontonarlas y manteniendo su rabito hasta el momento de la limpieza.
Dicho esto, el paso a paso para lavar las fresas según la OCU es el siguiente:
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular la fruta.
- Lavar las fresas bajo agua potable, sin sumergirlas completamente. Es preferible pasarlas por un chorro suave mientras se frotan ligeramente.
- Retirar el rabito solo después de haberlas lavado.
- Secarlas cuidadosamente con papel absorbente antes de consumirlas o guardarlas.
No obstante, en situaciones de alerta alimentaria (como la advertencia por hepatitis A en fresas importadas) la OCU sugiere un método más riguroso para garantizar la desinfección:
- Llenar un recipiente con agua potable.
- Añadir una cucharadita de lejía apta para la desinfección de agua de bebida.
- Sumergir las fresas durante cinco minutos.
- Enjuagar con abundante agua y secarlas con papel absorbente.
Este sistema permite eliminar microorganismos y residuos de pesticidas sin dañar el fruto.
¿Por qué es fundamental lavar las fresas antes de comerlas?
Las fresas crecen muy cerca del suelo, lo que las hace propensas a acumular polvo, barro y residuos agrícolas. Entre los principales motivos por los que es necesario lavar las fresas de forma adecuada destacan:
- Restos de tierra y fertilizantes: el contacto directo con el suelo puede dejar impurezas visibles o partículas químicas.
- Residuos de plaguicidas: aunque los controles son frecuentes, algunos restos pueden permanecer en la superficie.
- Presencia de bacterias: microorganismos como E. coli o Salmonella pueden encontrarse en el entorno de cultivo o durante el transporte.
- Contaminación cruzada: las fresas pasan por distintas manos y recipientes antes de llegar a casa.
- Insectos o larvas: es habitual encontrar pequeños restos que se eliminan con un buen lavado.
Una limpieza adecuada elimina la mayoría de estos contaminantes sin comprometer el sabor ni la textura de la fruta.
Otros métodos eficaces para higienizar fresas
Además del procedimiento de la OCU, existen otras técnicas útiles y seguras que pueden aplicarse en casa para lavar las fresas sin perder calidad:
- Agua corriente fría: método rápido y efectivo para retirar polvo y restos visibles.
- Mezcla de vinagre y agua: una parte de vinagre por tres de agua, con un reposo de cinco minutos antes de enjuagar.
- Solución de bicarbonato de sodio: disolver una cucharada en un litro de agua y dejar las fresas durante diez minutos.
- Agua con sal: ayuda a eliminar insectos o larvas. Basta con una cucharadita de sal y un remojo corto de cinco minutos.
Todos estos métodos deben finalizar con un enjuague en agua limpia y un secado cuidadoso para evitar humedad excesiva.
Consejos de conservación para las fresas y algunos errores frecuentes
Después de lavar las fresas, su correcta conservación es clave para mantener su frescura. Deben guardarse en el frigorífico, extendidas sobre una servilleta de papel para absorber la humedad . Nunca deben amontonarse ni guardarse mojadas. Entre los errores más comunes al lavar las fresas se encuentran:
- Quitar el rabito antes de tiempo: favorece que la fruta absorba agua y pierda sabor.
- Usar agua caliente: altera su textura.
- Dejarlas en remojo durante mucho tiempo: acelera su deterioro.
- Lavarlas con demasiada antelación: deben limpiarse justo antes de consumirlas.
Cómo elegir y conservar fresas de calidad
Por último, para disfrutar de unas fresas seguras y sabrosas, también es importante saber seleccionarlas correctamente en el mercado:
- Deben estar enteras, limpias y con el rabito verde.
- La piel ha de ser roja y brillante, sin manchas ni zonas blandas.
- Evitar envases con varias capas o frutos ocultos.
Una vez en casa, conservarlas en el frigorífico a baja temperatura es esencial para retrasar su maduración.

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