Perro come perro Antonio R. Naranjo

¿Pedir perdón a Méjico?

La nueva epopeya redentora de Sánchez tiene truco y no hay que irse lejos para encontrarlo

Albares ha pedido perdón a México, lo que a México le importaría un pimiento de no ser porque Albares habla en nombre de España, lo que en sí mismo evidencia cómo va España: ya pide perdón por ella cualquiera y en cualquier sitio, lo que de entrada resta solemnidad al lance penitencial.

Es un perdón con la boca pequeña, como los lamentos de Bildu para no condenar a ETA, para una presidenta mexicana con la boca grande, la tal Sheinbaum, que tiene de india original lo que usted o yo de esquimal o su predecesor de azteca, el tarambana López Obrador, cuyos apellidos ya dan cuenta de su génesis y pese a ello lanzaba diatribas contra España

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