WASHINGTON — El presidente estadounidense Donald Trump ve los aranceles —o la amenaza de ellos— como una herramienta poderosa para doblegar a las naciones a su voluntad.

Los ha utilizado de una manera sin precedentes, no sólo como la base de su agenda económica, sino también como la piedra angular de su política exterior en su segundo mandato.

Ha empleado los impuestos a la importación como una amenaza para asegurar ceses al fuego de países en guerra. Los ha usado para presionar a las naciones a prometer hacer más para detener el flujo de personas y drogas a través de sus fronteras. Los ha utilizado, en el caso de Brasil, como presión política porque su sistema judicial procesó a un exlíder que era aliado de Trump, y en un reciente conflicto con Canadá, como castigo por un anuncio telev

See Full Page