Estamos siendo testigos de una degradación democrática, articulada desde los resortes del poder político envileciendo la función mediadora de los medios de comunicación, verdadera maquinaria para influir en la opinión pública. Hay una contienda descarnada para combatir la recurrente deriva autoritaria del gobierno de España, que trata de lograr sus objetivos por encima de cualquier versión justa de la actividad democrática. Muchos españoles dicen que ya está bien de malmeter en lo que debería ser la gobernanza adecuada de una sociedad exigiendo más atención. Los servicios esenciales se resienten por la impericia clamorosa de quienes deberían prestar los con rigor. Hay obsolescencia atropella toda la geografía hispana, por la dejadez y olvido de los responsables. Lo cutre invade a una socie

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