Hace 1.500 años, los habitantes de las ciudades romanas del valle del río Po (en el noreste de la península italiana) abandonaron las casas, las calles, las plazas y los canales que, durante generaciones, habían formado parte de sus vidas. El estado romano había, definitivamente, colapsado; y escapaban de un escenario de precariedad, inseguridad e, incluso, de destrucción y muerte; hacia las islas que formaban los deltas de los ríos Po, Adigio, Tagliamento e Isonzo; en el extremo norte del Mar Adriático. El simultáneo abandono de Aquileia -la gran ciudad romana del territorio- y la fundación de Venecia -la nueva capital del Adriático-; se escribirían en este contexto histórico.

Pero la paz y la estabilidad regresaron; y pasado el año 1000; el comercio y la cultura recuperaron el protagon

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