Juan José Millás lo resume con una frase que condensa el giro radical en la forma de entender el trabajo: "Todo se ha invertido". Lo que antes era una ética basada en el esfuerzo, la vocación y la estabilidad, ha sido sustituido por una lógica donde el trabajo es solo un medio para alcanzar riqueza o visibilidad. Ya no se trabaja por dignidad, sino por rentabilidad.

"Antes estudiabas filosofía porque te gustaba, y pensabas que podías ganarte la vida como profesor. Si luego ganabas dinero, era una consecuencia", explica Millás en A vivir que son dos días . "Ahora hay gente que quiere ser escritor, pero no le gusta escribir. Quieren los beneficios fantásticos que supone ser escritor, no el proceso. Eso es lo que se ha invertido".

Millás lamenta la desaparición de aquella ética del trabaj

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